㊆ramos a remo
㊆oletes guardados
Delta, ventana
que se abre cruzando mar azul, nomás
ecos de río
vuelven a mí en este otoño boreal
trinar de aves
pasan al frente
canto juvenil traen
rostros con nombres quiero yo armonizar
vuelven a flotar listas impresas
en tinta de río
que me faltan nombrar
nunca te fuiste
muy bien te escondiste Isla querida
¡uy, qué de cosas se viene trayendo el camalotal!
algún yacaré del norte o carpincho de escabeche
para que pasen las nutrias
monta guardia el Chanacito
entre juncales un cazador furtivo y comadrejas
las trampas listas, cayó una ¡qué olor!
el gallo duerme
truenos y rayos sazonan
las aguas de Playa el Temor
Olas del Plata brillan hoy refulgentes, luz argentina
㊆raedora
Eufemia traía niños de río a la vida isleña
después del llanto
agua tibia de arroyo besa 'l retoño
su cuna sería
la enramada fluvial del gran Paraná
los que nacieron te guardan, obstetra ayer no había
hoy te recuerdan comadrona en canoa
partera de ley
㊆imonel
viene la lancha
impecable el barniz
esbelto al timón
arroyo Durazno
atajo ‐ trecho casual
almácigo
albiceles㊆e
desde el cielo
se asoma al río
con su caricia
Delta remanso
paisaje sereno que
llena el alma
cope㊆ín
Amanecer en Chaná;
con su caña, un pibe
saca bogas y tarariras;
manos pioneras ensayan
cómo ganarse el pan,
peces autóctonos dan
paso a copos exóticos.
La producción crece,
a conseguir tapioca y
más pescado, a amasar
la mezcla y ponerla al
baño maría en rejillas
mil ojos de olla gigante
hecha por técnico atípico.
La Berkel provoca
lluvia de hojuelas
que se orean al sol
en planchas tejidas;
la última fase es freír,
del aceite saltan unos
mágicos copos blancos.
En los años 60,
pedidos a granel por
primeros locales chinos;
por más de un decenio,
piscolabis crocante para
deleite a papilas porteñas;
Krupuk, un regalo del río.
en bo㊆e
¡Qué bueno es cuando el río de la vida
ofrece muelles coloridos, aunque sea
para amarrar un ratito!
㊆elón
un sauce se asoma
por sobre el agua como
alabando a la corriente
entre una quinta y otra
no se ve el muelle vecino,
forma cortina
ni desde aquel podio,
lo que acontece
de este lado
cauce de río,
recodo labrado
por ese sauce llorón
a resguardo